domingo, 29 de marzo de 2015


 Complementos dietéticos: cuidado con lo 

"natural"



 Qué significa esto? Tanto los suplementos nutricionales de determinadas vitaminas y minerales, como muchas de las hierbas o extractos de plantas que podemos comprar en las mal llamadas "tiendas de dietética" pueden tener una potente actividad biológica en humanos. 
La legislación prohíbe utilizar la palabra "natural" en diversos complementos, productos, suplementos y preparados que se venden con pretendida finalidad sanitaria.

La palabra "natural" acompaña hoy, con la mayor alegría, a miles de complementos alimenticios, suplementos nutricionales, productos a base de plantas "quemagrasas"y demás sustancias con supuestas propiedades saludables. No obstante, utilizar ese adjetivo en estos casos es una práctica que prohíbe de forma explícita la legislación española. A simple vista no parece tener mucho sentido, ya que lo natural nos evoca imágenes más saludables (como la lactancia natural) que lo artificial (como la silicona líquida). Para salir de dudas, en el presente texto se amplía qué prohíbe de forma concreta la legislación y por qué lo hace.
Productos naturales: ¿qué prohíbe la legislación?
La prohibición antes descrita ya casi es mayor de edad: tiene 17 años. En agosto de 1996 se hizo público un Real Decreto que delimitó las características a cumplir por la publicidad y la promoción comercial de productos, actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria. En él hallamos que está prohibido usar el término "natural" como característica "vinculada a pretendidos efectos preventivos o terapéuticos" (es decir, para prevenir una enfermedad o para curarla ) en cualquier clase de publicidad o promoción (directa, indirecta, masiva o individualizada) de:
      ·          remedios secretos
·         fórmulas magistrales
·         productos en fase de investigación clínica y
·         productos (diferentes a los medicamentos o a productos sanitarios con normativa específica), materiales,  
                 sustancias, energías o métodos con pretendida finalidad sanitaria.
El impacto de la palabra "natural" en el consumidor
Para abordar bien esta cuestión conviene empezar por el principio: ¿qué quiere decir "natural"? Según la Real Academia Española (RAE), es todo lo perteneciente o relativo a la naturaleza. En tal caso, ¿qué es la naturaleza? Pues, de nuevo según la RAE, es el conjunto, el orden y la disposición de todo lo que compone el universo.
Así, en sentido estricto, el límpido aire de un frondoso bosque de coníferas de California es tan "natural" como el tóxico y maloliente azufre extraído de la corteza del Teide. Sin embargo, mientras que pagaríamos en euros contantes y sonantes un extracto de alcachofa adornado con la frase, "tan natural como la madre tierra", no soltaríamos ni medio céntimo si la frase fuera "tan natural como el uranio radioactivo".

Estas reflexiones pretenden exponer que mientras que la población asocia la palabra "natural" a algo saludable, lo cierto es que el fabricante puede utilizarla en un extracto de una planta que ha sufrido un sinfín de modificaciones físicoquímicas, pero cuyo origen es, de forma indiscutible, la naturaleza. O en unos compuestos a base de vitaminas, minerales y aminoácidos, elaborados en un laboratorio pero provenientes de nuestro universo. Aunque hay más, ya que el hecho de que una sustancia sea "pura" y originaria de una planta (sin ir muy lejos, la cocaína) no garantiza su salubridad, como se amplía a continuación.
Natural no es sinónimo de seguro, inocuo o beneficioso
Esta es una frase que no se cansan de repetir las autoridades sanitarias, nacionales o internacionales. En España, por ejemplo, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) explica que "el hecho de que en muchas ocasiones se emplee el término 'natural' para describir productos o terapias complementarias y alternativas no significa que sean inocuas, es decir, que no hagan daño". 
Las plantas o sus extractos, por ejemolo, es preciso saber que contienen mezclas complejas de sustancias químicas orgánicas (alcaloides, glicósidos, saponinas, etc.) y conviene evaluar su seguridad a largo plazo antes de exponer a toda la población a su consumo indiscriminado, algo que no suele hacerse. En el proceso de elaboración del producto, asimismo, se puede alterar su actividad farmacológica y la concentración de sus constituyentes.
Los siguientes son algunos ejemplos, tomados del compendio médico 'Harrison's principles of internal medicine':
  •         Los productos a base de plantas que contienen determinadas especies de Aristolochia se han asociado con neoplasias genitourinarias.
  •        El uso de extractos de Kava (Piper methysticum) generó en 2001 diversos casos de insuficiencia hepática fulminante.
  •       Determinados productos con Ginkgo biloba se han asociado con hemorragias postoperatorias.
  •       Los suplementos con Ephedra sinica ("ma huang", en chino) se han vinculado de forma clara a eventos      adversos graves y mortales.
No extraña, por tanto, que el National Center for Complementary and Alternative haya declarado en marzo de 2013 que el uso, por parte de un fabricante, del término "certificado" o "verificado" o "estandarizado" en un complemento alimenticio o en un suplemento a base de plantas (o "suplemento herbal") no garantiza la calidad del producto, que la cantidad del ingrediente activo puede ser inferior o superior a lo detallado en la etiqueta ("lo que aparece en la etiqueta puede no ser lo que hay en el frasco"), que un suplemento a base de plantas puede contener docenas de compuestos con principios activos no conocidos y que dicho suplemento puede estar contaminado con otras hierbas, pesticidas o metales, o incluso adulterado con ingredientes no declarados, como medicamentos.

Y tampoco extraña, por último, que el Grupo de Revisión y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas Nutricionistas (GREP-AEDN) detalle que una de las características que define a los productos fraudulentos es que contengan "afirmaciones que sugieren que el producto es seguro, ya que es 'natural'"

 Antes de encandilarnos con brillantes promesas y términos que suenan bien, conviene recordar que una alimentación equilibrada es como un abrazo: no necesita palabras "comodín" para que sepamos que es saludable.


viernes, 20 de marzo de 2015




Una dieta rica en legumbres reduce un 14% el riesgo de infarto y angina
salud cardiovascular
Guisante verde, lentejas, garbanzos, soja y habas son las principales recomendaciones y pueden reducir la muerte por enfermedad cardiovascular entre el 5 y el 6%.
Cuatro raciones semanales de 100 gramos de legumbres reducen en un 14% del riesgo de sufrir cardiopatía isquémica (infarto o angina de pecho), según un estudio publicado en American Journal of Clinical Nutrition, que se basó en los resultados de un total de 27 trabajos realizados en tres continentes distintos (América, Europa y Asia) y que suman 501.791 participantes. El análisis también concluye que el consumo de frutos secos (cuatro raciones de 28 gramos a la semana) se asocia a una reducción del 24% del riesgo de morir por cardiopatía isquémica, a una reducción del 22% del riesgo de sufrir cardiopatía isquémica y a una reducción del 13% del riesgo de sufrir diabetes.
“Una dieta sana debe tener un porcentaje alto de fibra y pocas grasas saturadas”, asegura el doctor Ignacio Fernández Lozano, secretario general de la Fundación Española del Corazón (FEC). “Las legumbres aportan un alto contenido en fibra, son la principal fuente de proteínas de origen vegetal y contienen una cantidad muy baja de grasas. Según el estudio PREDIMED, probablemente uno de los estudios de nutrición recientes más importantes, ya apuntaba que tres raciones semanales de legumbres provocaban una disminución de los eventos cardiovasculares. Así, los metaanálisis recientemente publicados, no solo reafirman esta conclusión, sino que además aportan nuevos datos que demuestran el beneficio de estos alimentos”.
Los especialistas recomiendan consumir entre dos y cuatro raciones de legumbres a la semana, entendiendo por una ración una cantidad de 70 gramos de producto en crudo, es decir, un plato normal individual de legumbre cocida. “Las legumbres son una forma fácil y barata de comer sano, un aspecto importante a tener en cuenta en tiempos de crisis”, mantiene el doctor Fernández Lozano. “Además, forman parte esencial de la dieta mediterránea”.
¿Cuáles son esas legumbres tan beneficiosas?
-Guisante verde: aporta gran cantidad de hierro y vitamina C. Es un alimento adecuado para las mujeres con ferropénica.
-Lentejas: contienen proteínas ricas en aminoácidos esenciales. Combinadas con el arroz, se complementan constituyendo un alimento básico para los vegetarianos, ya que sustituyen a la carne, la leche o los huevos.
-Garbanzos: con tanto calcio como el queso, sus proteínas son las de más alto nivel nutritivo.
-Soja: contiene una variedad de proteínas muy completa y presenta unas sustancias llamadas fitoestrógenos que actúan como antioxidantes y que son capaces de regular los niveles hormonales de las mujeres.
-Habas: tienen un alto contenido en vitamina C, así como carbohidratos.

En resumen, las legumbres son ricas en proteínas (17-25% de la composición total), hidratos de carbono (en torno al 55%), fibra (11-25% de su contenido) y varios micronutrientes. Contienen minerales (calcio, hierro y magnesio) y vitaminas del grupo B. La recomendación de la FEC es corroborado por otro estudio reciente, publicado en Canadian Medical Association Journal, donde se asegura que la ingesta de legumbres reduce significativamente los niveles de colesterol LDL (colesterol “malo”) y, por consiguiente, el riesgo cardiovascular. La investigación concluye que aquellas personas que comen legumbres una vez al día (130 gramos al día), durante una media de seis semanas, reducen significativamente los niveles de colesterol LDL en 0,17mmol/L. Esto equivale, según sus autores, a una reducción potencial de muerte por enfermedad cardiovascular de entre el 5 y el 6%.


miércoles, 18 de marzo de 2015

     

Seis alimentos que te deprimen y cinco que te suben el ánimo

Los alimentos que se ingieren a lo largo del día influyen en nuestro estado de ánimo. "La clave, como siempre, está en llevar una alimentación equilibrada"


El consumo excesivo de bollería y repostería industrial puede desestabilizar el nivel de azúcar en sangre y provocar, en consecuencia, ansiedad y cambios de humor.

¿Está relacionado lo que comemos con cómo nos sentimos?¿Puede un alimento hacer

qué nos sintamos más alegres o deprimidos? Está  demostrado que "los alimentos influyen en nuestro estado de ánimo" y la explicación se encuentra en los componentes de los alimentos que ingerimos: "hay nutrientes que relajan y generan serotonina -un neurotransmisor que proporciona bienestar-, mientras que otros nos activan y generan adrenalina.


La clave está -como siempre- en llevar una alimentación equilibrada, ya que una dieta sana contribuye a "mejorar el estado de ánimo, la autoestima y la actitud general ante la vida.

Asimismo, desde un punto de vista nutricional, los cambios de humor son un síntoma de agotamiento que puede estar relacionado con un nivel bajo de azúcar en la sangre.  La glucosa alimenta al cerebro igual que alimenta al resto de órganos. Por eso, cuando el azúcar en la sangre disminuye, el cerebro y el sistema nervioso son los primeros en resultar afectados.

Del mismo modo, diversos estudios estiman que la deficiencia de ácidos grasos Omega-3 está también relacionada con la salud mental, la depresión y la incapacidad de gestionar la presión y el estrés. En base a ello, se  pone el foco en seis alimentos que se deben evitar en caso de sentirse "deprimidos" y otros cinco que, por sus propiedades, contribuyen a mejorar el estado de ánimo.


Alimentos que pueden generar estrés o ansiedad

        Alimentos grasos: embutidos, quesos grasos, nata. "Estos alimentos en exceso pueden generar adrenalina",
        Bollería y repostería industrial rica en grasas saturadas y grasas hidrogenadas. El consumo de estos productos puede desestabilizar el nivel de azúcar en sangre y provocar, en consecuencia, ansiedad y cambios de humor.
       Café y té en exceso: la cafeína y la teína tienen "efectos estimulantes" que afectan al sistema nervioso y producen, por tanto, cambios en la química cerebral.
       Refrescos y alcohol. Los refrescos y bebidas que en muchas casas acompañan las comidas (tales como refrescos de cola, bebidas azucaradas y energizantes, vino o cerveza) pueden llevar sustancias que estimulan el sistema nervioso y "sobreactivan" al organismo, lo que puede provocar ansiedad, estados de humor cambiantes, nerviosismo e insomnio. Además, el alcohol está considerado como un "depresor del sistema nervioso" y puede, por tanto, alterar negativamente el estado de ánimo, desencadenando un efecto rebote en las personas propensas a sufrir crisis de ansiedad.

        Azúcar refinado: no contiene nutrientes esenciales y suministra una fuerte dosis de energía inmediata para el cuerpo "puede debilitar los mecanismos corporales de control de la glucosa".
         Edulcorantes artificiales como el aspartamo pueden provocar ansiedad y otros problemas de salud si se consumen en exceso y, en contra de lo que se cree "no ayudan a adelgazar". Por el contrario, el aspartamo "puede estimular en exceso el funcionamiento de las glándulas suprarrenales que afectan al estrés", motivo por el cual habría que controlar su ingesta en situaciones agobiantes.



Alimentos "imprescindibles" dentro de una dieta que cuide las emociones

Por el contrario, para combatir la depresión y la ansiedad y mejorar el estado de ánimo,   se aconseja tomar alimentos ricos en hidratos de carbono complejos -como cereales integrales o azúcar de caña-, así como alimentos ricos en triptófano, un aminoácido que contribuye a que el cuerpo genere más serotonina (el neurotransmisor del bienestar y la felicidad).

-  Avena: es un cereal muy energético y rico en vitaminas B6 y B5.  Recomiendo tomar los apreciados copos de avena -bien solos o en forma de muesli- en el desayuno, "la mejor opción para empezar el día con buen humor y alegría".
Arroz integralsus hidratos de carbono se transforman en glucosa de forma lenta y, además,  aportan vitaminas del grupo B, "esenciales para la salud del sistema nervioso".
 - Manzana: gracias a su fibra soluble y a los hidratos de carbono que posee, esta fruta es una de las más recomendadas por los nutricionistas como "fuente de energía gradual".
- Plátano: muy rico también en magnesio, es un mineral "imprescindible" en casos de estrés ,se  recomienda tomarlo en los tentempiés de la mañana o de la tarde.



 Aguacate: al ser una fruta "muy rica en nutrientes" está indicada para favorecer el buen estado de ánimo. En este caso, el magnesio y la piridoxina que proporcionan su ingesta son "necesarios para que el cuerpo elabore serotonina, la tirosina precursora de la síntesis de dopamina y los ácidos grasos poliinsaturados".


Por último, además de tomar alimentos que ayuden a estabilizar los niveles de azúcar en sangre -y que formen parte de una dieta equilibrada-, para evitar estados de ánimo negativos, los nutricionistas recomendamos  comer entre cuatro y cinco veces al día, sin dejar pasar en ningún caso más de 3 o 4 horas entre una y otra comida.


Indice de Grasa Corporal




El Índice de Grasa Corporal o porcentaje de grasa corporal nos indica la proporción de grasa de nuestro cuerpo. En otras palabras, nos dice si estamos en forma !





El índice de Grasa Corporal o porcentaje de grasa corporal

El Índice de Grasa Corporal es la proporción de grasa que contiene nuestro cuerpo. Su suele indicar en porcentaje (%) y por eso se le llama también porcentaje de grasa corporal. Esta medida es más correcta para evaluar nuestro estado de forma que el  Índice de Masa Corporal (IMC), pues éste nos indica la proporción entre el peso y la altura, sin tener en cuenta nuestra cantidad de músculos por lo que suele dar valores erróneos en deportistas. Por eso es más fiable calcular el Índice de Grasa Corporal

Valores del Índice de Grasa Corporal

Aquí tienes una tabla con los valores aproximados del Índice de Grasa Corporal en función de la actividad física que se realiza. Como ves, cambian también en función del sexo, con diferencias importantes entre hombres y mujeres, que son debidas a nuestra diferente estructura.

Tabla de valores del Índice de Grasa Corporal
Mujeres
Hombres
Grasa esencial
10–13%
2–5%
Deportistas
14–20%
6–13%
En Forma
21–24%
14–17%
Valor normal
25–31%
18–24%
Obesidad
más de 32%
más de 25%

La grasa esencial es el mínimo de grasa que nuestro cuerpo
necesita para mantener la salud.

El Índice de Grasa Corporal en deportistas de élite masculinos está en valores cercanos al 10% y en deportes de resistencia como carreras de fondo, esquí de fondo o ciclismo o en deportes donde se necesita tener poca grasa como el culturismo llegan a tener valores inferiores al 6% de grasa corporal.
Para las personas que están en forma, practicando algo de deporte y cuidando su alimentación, los valores del Índice de Grasa Corporal están alrededor de un 20% para mujeres y en torno al 15% para hombres.