sábado, 25 de abril de 2015

Recomendaciones para evitar digestiones pesadas

Las principales causas que provocan alteraciones gastrointestinales son, sobre todo, el consumo de alimentos inapropiados, incompatibles con el organismo, cantidades excesivas, comer rápido y consumo de bebidas o alimentos irritantes, como el café, el alcohol o el chocolate.


Una buena digestión de los alimentos proporciona la absorción de todos los nutrientes necesarios para el organismo y una buena calidad de la sangre. Por el contrario, una mala digestión o el consumo de alimentos inapropiados favorecen la formación de toxinas en la sangre, que influye en el desarrollo de los tejidos y dificulta la absorción de los nutrientes necesarios. El resultado es la creación de tejidos débiles que propician enfermedades o malestar gastrointestinal.





Una mala digestión

El proceso de digestión está diseñado para que se realice de manera rápida y, de este modo, obtener el máximo valor nutritivo de los alimentos que se ingieren. Cuando la digestión es lenta, los alimentos que no se digieren pueden fermentarse y provocar síntomas de malestar gastrointestinal, como ardores, dolor abdominal, náuseas, eructos o reflujo, entre otros. Pero las comidas copiosas o los excesos no son la única causa de una mala digestión. Para evitar esta fermentación de los alimentos, deben tenerse en cuenta varios aspectos:
  •         Comer en exceso: cuanta más cantidad de alimentos se consume, el sistema digestivo tiene menos posibilidades de completar la digestión. Siempre es mejor comer poca cantidad y de forma más frecuente.
  •         Masticar mal: cuando se mastica de forma inadecuada significa que se ha comido muy deprisa, un aspecto que implica pasar por alto el primer paso de la digestión, que se inicia en la boca con la masticación. Si no se realiza bien, los alimentos pasan menos triturados al estómago, la digestión se ralentiza y, en ocasiones, puede que no se termine de realizar.
  •         Evitar beber durante las comidas: por una parte, la digestión se realiza en el organismo a una temperatura de unos 37ºC. Con el consumo de bebidas frías, se desarrolla un contraste de temperaturas que obliga al organismo a contrarrestar. Esto causa una alteración en la circulación de la sangre, que retrasa la digestión y puede inflamar la mucosa. Por otra parte, beber grandes cantidades de líquido durante las comidas puede diluir las enzimas y los ácidos responsables de la digestión, lo que perjudica su función digestiva y se interrumpe el proceso de digestión.
  •         Comer muy tarde: durante la noche los procesos digestivos se ralentizan. Comer muy tarde es una causa común de problemas de digestión.
  •         Estados ansiosos o de estrés: tener un estado de ánimo alterado en el momento de comer, como disgusto, ira o estrés, afecta de forma directa a la digestión y hace que las enzimas digestivas no actúen a tiempo y retrasen la digestión, de manera que no se pueda completar.

Consejos para un estómago sano

Una digestión rápida garantiza un estómago sano, una mejor vitalidad y una absorción adecuada de todos los alimentos, en definitiva, supone un equilibrio perfecto en todo el organismo.
  •          Consumir alimentos de fácil digestión, poco condimentados y masticar bien, sin tener prisa en terminar de comer.
  •          Dejar pasar unas cinco horas entre las comidas.
  •          Beber líquidos entre horas en abundancia. El agua ayuda a eliminar las toxinas presentes en la sangre.
  •          Comer tranquilos, despacio. No comentar los problemas durante la hora de las comidas, ya que el sistema nervioso rige el sistema digestivo.
  •          Evitar el consumo excesivo de azúcar e hidratos de carbono.
  •          Tomar una infusión digestiva después de las comidas (manzanilla, menta poleo).
  •          Dejarse guiar por los sentidos, es decir, si se nota que algo no sienta bien, dejar de comerlo. Si no se tiene apetito, no forzar, y si se tiene mucho apetito, comer despacio para saciarse antes.
  •          Es mejor evitar la mezcla de alimentos ácidos con carbohidratos, ya que los ácidos dificultan la acción de las enzimas digestivas.
  •          Es recomendable incluir proteína en cada comida porque de esta manera se estimula la secreción de ácido clorhídrico, responsable de la digestión.
  •          Comer con moderación y ser prudente.



domingo, 19 de abril de 2015

Azúcar blanco, una droga???
10 buenas razones para dejarlo

 Abstenerse totalmente de azúcar produce “mono” un síndrome de abstinencia que puede durar de tres días a tres semanas con cansancio, depresión, cambios de humor, dolores de cabeza, apatía..

Cada vez tiene más detractores y son muchos los que lo califican de droga dura.
¿El motivo? El azúcar blanco no es un alimento, sólo aporta calorías vacías. Y no sólo eso, sino que puede causarnos graves problemas de salud y sobre todo, una adicción difícil de detectar, reconocer y evitar.

¿Eres de las que echan un par de sobres de azúcar en el café?
¿Necesitas comer dulce cada día?
¿Piensas que tú no tomas azúcar porque no endulzas tus bebidas?
En este artículo, conocerás qué efectos produce el azúcar de mesa en tu organismo, por qué deberías reducir su consumo al mínimo, dónde se oculta y cómo puedes sustituirlo.

Una sustancia química
El azúcar blanquilla, refinado o sacarosa no es un alimento , porque el proceso industrial por el que se obtiene le sustrae las sales minerales y los oligoelementos naturales de la planta de origen. Por ello, es más correcto considerarlo como una sustancia química concentrada que endulza el paladar y, a la larga, puede amargarnos la salud.
A diferencia del blanco, el azúcar moreno se queda a medio camino en la refinación y mantiene parte de sus propiedades nutritivas. Pero hay que tener cuidado al comprarlo, ya que algunas empresas de comestibles añaden colorante marrón o caramelo al azúcar refinado para hacerlo pasar por integral.
Diversos estudios apuntan, que el azúcar blanco es un comestible que produce importantes efectos fisiológicos negativos sobre el aparato locomotor (sustrae el calcio de los huesos) y el sistema nervioso (lo estimula en exceso). También afecta al funcionamiento de las defensas y sobreexcita el páncreas, además de tener otros efectos de tipo anímico.
Tomado con moderación y de forma aislada no es un problema, pero el azúcar blanco se esconde en muchos productos que ni siquiera imaginas y que pueden hacer que cada día lo consumas sin saberlo.

Razones muy saludables para evitarlo.
1. Un problema de salud mundial. Dado el uso que de él hace la industria alimenticia para potenciar el sabor de los alimentos procesados, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad advierte sobre su preocupante relación con la obesidad y el sobrepeso. Son muchas las instituciones gubernamentales mundiales que están tomando medidas al respecto: en EE.UU, en ciudades como Nueva York, se ha prohibido la venta de refrescos de gran tamaño por su alto contenido en azúcares; en Francia se ha implantado un impuesto especial para las bebidas azucaradas. De hecho, ya hay estudio que sitúan los efectos del consumo excesivo de azúcar a la altura de drogas como el tabaco o el alcohol. 

2. Calorías ocultas.  El azúcar está oculto en muchos alimentos y puede ser el causante, sin que lo sepas, de tu sobrepeso y otros problemas de salud.
¿Dónde se esconde?




En la bollería industrial, las conservas, zumos envasados, refrescos, pan de molde o de hamburguesas, biscotes, embutidos, salsas envasadas, platos precocinados, productos lácteos, salmón ahumado, productos light… la lista es tan larga que tu única defensa es leer bien las etiquetas antes de echar a tu cesta un producto. 

3Perjudica a tu  belleza. Según los expertos, el consumo excesivo de glucosa deteriora el colágeno y acelera el envejecimiento de los tejidos. Por un proceso llamado glicación, el exceso de glucosa presente en el organismo transforma el colágeno, que se vuelve más rígido, provocando la flaccidez y descolgamiento de la piel. 

4. Te resta nutrientes.  Para su asimilación, el azúcar blanco debe sustraer al organismo vitaminas del grupo B, calcio y diversas sustancias vitales que ayudan a completar el proceso. También se ha comprobado que las personas que consumen mucho azúcar comen de forma más deficiente y no ingieren todos los nutrientes necesarios a través de otros alimentos. 

5. Metabolismo lentoEl proceso de desmineralización y pérdida de vitaminas disminuye la capacidad de absorción de nutrientes y enlentece el metabolismo, lo que provoca fatiga, falta de energía, caída del cabello, problemas digestivos y hasta depresión.

6. Debilita tus órganos. Un exceso de dulce debilita el páncreas y el bazo, lo que provoca un estado de baja energía renal y desmineralización que puede ocasionar nerviosismo, problemas de sueño o dolores de cabeza. 

7.  Problemas dentales. El alto consumo de azúcar está directamente relacionado con la caries dental, que puede perjudica la calidad de vida desde la infancia. 

8. Picos de insulina. Cuando ingerimos azúcar refinado éste entra de un modo muy rápido en el torrente sanguíneo, provocando que el páncreas segregue una gran cantidad de insulina para poder transportarlo a los órganos. Al no poder almacenarlo, esta glucosa se convierte en reservas de grasa. Este proceso no sólo nos hace aumentar de peso sino que nos produce una situación de hipoglucemia ante la que el cuerpo reacciona pidiendo más azúcar. De ahí el efecto adictivo del azúcar. 

9. Estrés pancreático. El proceso descrito en el punto anterior, somete al páncreas a un estado de estrés que hace que se debilite y sea menos eficiente, impidiendo a corto plazo una buena asimilación de los alimentos y, a largo plazo, una situación de diabetes. 

10. Mala salud.  El exceso de azúcar refinado supone una acumulación de grasas poco saludables en el organismo, lo que afecta a nuestra salud cardiovascular, al sistema nervioso, a nuestros huesos y estado anímico, ya que el consumo excesivo de azúcar nos deja sin energía.

¿Cómo podemos sustituirlo?
Lo más conveniente es reducir el consumo de azúcar al mínimo y sustituirlo por miel, sirope de agave, frutos secos dulces y melazas que satisfacen las necesidades de dulce. Otra opción, es la panela o azúcar de caña puro, muy utilizado en Sudamérica.
Pero si queremos eliminar también estos alimentos dulces, debemos seguir una dieta rica en frutas, verduras y carbohidratos como la pasta, las legumbres y el arroz. Una buena elección es tomar carbohidratos integrales, más nutritivos, de digestión más lenta y más interesantes para el control del peso.
Para no añadir calorías al endulzar tus bebidas u otros alimentos, hay una opción saludable a los edulcorantes artificiales, la Stevia, de origen natural.