10 buenas razones para dejarlo
Abstenerse totalmente de azúcar produce “mono”
un síndrome de abstinencia que puede durar de tres días a tres semanas con
cansancio, depresión, cambios de humor, dolores de cabeza, apatía..
Cada vez tiene más detractores y son muchos los que lo
califican de droga dura.
¿El motivo? El azúcar blanco no es un alimento,
sólo aporta calorías vacías. Y no sólo eso, sino que puede causarnos graves
problemas de salud y sobre todo, una adicción difícil de detectar, reconocer y
evitar.
¿Eres de las que echan un par de sobres de azúcar en el café?
¿Necesitas comer dulce cada día?
¿Piensas que tú no tomas azúcar porque no endulzas tus bebidas?
En este artículo, conocerás qué efectos produce
el azúcar de mesa en tu organismo, por qué deberías reducir su consumo al
mínimo, dónde se oculta y cómo puedes sustituirlo.
Una sustancia química
El azúcar blanquilla, refinado o sacarosa no es
un alimento , porque el proceso industrial por el que se obtiene le
sustrae las sales minerales y los oligoelementos naturales de la planta de origen.
Por ello, es más correcto considerarlo como una sustancia química concentrada
que endulza el paladar y, a la larga, puede amargarnos la salud.
A diferencia del blanco, el azúcar moreno se
queda a medio camino en la refinación y mantiene parte de sus propiedades
nutritivas. Pero hay que tener cuidado al comprarlo, ya que algunas
empresas de comestibles añaden colorante marrón o
caramelo al azúcar refinado para hacerlo pasar por integral.
Diversos estudios apuntan, que el azúcar blanco
es un comestible que produce importantes efectos fisiológicos negativos
sobre el aparato locomotor (sustrae el calcio de los huesos) y el
sistema nervioso (lo estimula en exceso). También afecta al funcionamiento de
las defensas y sobreexcita el páncreas, además de tener otros efectos de tipo
anímico.
Tomado con moderación y de forma aislada no es
un problema, pero el azúcar blanco se esconde en muchos productos que
ni siquiera imaginas y que pueden hacer que cada día lo consumas sin saberlo.
Razones muy saludables para evitarlo.
1. Un problema de salud mundial. Dado el uso que de él hace la industria alimenticia para potenciar
el sabor de los alimentos procesados, la Sociedad Española para el Estudio de
la Obesidad advierte sobre su preocupante relación con la obesidad y el
sobrepeso. Son muchas las instituciones gubernamentales mundiales que están
tomando medidas al respecto: en EE.UU, en ciudades como Nueva York, se ha
prohibido la venta de refrescos de gran tamaño por su alto contenido en azúcares;
en Francia se ha implantado un impuesto especial para las bebidas azucaradas.
De hecho, ya hay estudio que sitúan los efectos del consumo excesivo de azúcar
a la altura de drogas como el tabaco o el alcohol.
2. Calorías ocultas. El azúcar está oculto
en muchos alimentos y puede ser el causante, sin que lo sepas, de tu sobrepeso
y otros problemas de salud.
¿Dónde se esconde?
En la bollería industrial, las conservas,
zumos envasados, refrescos, pan de molde o de hamburguesas, biscotes,
embutidos, salsas envasadas, platos precocinados, productos lácteos, salmón
ahumado, productos light… la lista es tan larga que tu única defensa es leer
bien las etiquetas antes de echar a tu cesta un producto.
3. Perjudica a tu belleza. Según los expertos, el consumo excesivo de
glucosa deteriora el colágeno y acelera el envejecimiento de los tejidos. Por
un proceso llamado glicación, el exceso de glucosa presente en el organismo
transforma el colágeno, que se vuelve más rígido, provocando la flaccidez y
descolgamiento de la piel.
4. Te resta nutrientes. Para su
asimilación, el azúcar blanco debe sustraer al organismo vitaminas del
grupo B, calcio y diversas sustancias vitales que ayudan a
completar el proceso. También se ha comprobado que las personas que consumen
mucho azúcar comen de forma más deficiente y no ingieren todos los nutrientes
necesarios a través de otros alimentos.
5. Metabolismo lento. El proceso de desmineralización y pérdida de vitaminas disminuye
la capacidad de absorción de nutrientes y enlentece el metabolismo, lo que
provoca fatiga, falta de energía, caída del cabello, problemas digestivos y
hasta depresión.
6. Debilita tus órganos. Un exceso de dulce
debilita el páncreas y el bazo, lo que provoca un estado de baja energía renal
y desmineralización que puede ocasionar nerviosismo, problemas de sueño o
dolores de cabeza.
7. Problemas dentales. El alto consumo de
azúcar está directamente relacionado con la caries dental, que puede perjudica
la calidad de vida desde la infancia.
8. Picos de insulina. Cuando ingerimos azúcar refinado éste entra de un modo muy
rápido en el torrente sanguíneo, provocando que el páncreas segregue una gran
cantidad de insulina para poder transportarlo a los órganos. Al no poder
almacenarlo, esta glucosa se convierte en reservas de grasa. Este proceso no
sólo nos hace aumentar de peso sino que nos produce una situación de
hipoglucemia ante la que el cuerpo reacciona pidiendo más azúcar.
De ahí el efecto adictivo del azúcar.
9. Estrés pancreático. El proceso descrito en
el punto anterior, somete al páncreas a un estado de estrés que hace que se
debilite y sea menos eficiente, impidiendo a corto plazo una buena asimilación
de los alimentos y, a largo plazo, una situación de diabetes.
10. Mala salud. El exceso de
azúcar refinado supone una acumulación de grasas poco saludables en el
organismo, lo que afecta a nuestra salud cardiovascular, al sistema nervioso, a
nuestros huesos y estado anímico, ya que el consumo excesivo de azúcar nos deja
sin energía.
¿Cómo podemos sustituirlo?
Lo más conveniente es reducir el consumo de
azúcar al mínimo y sustituirlo por miel, sirope de agave, frutos secos dulces y
melazas que satisfacen las necesidades de dulce. Otra opción, es la panela o
azúcar de caña puro, muy utilizado en Sudamérica.
Pero si queremos eliminar también estos
alimentos dulces, debemos seguir una dieta rica en frutas, verduras y
carbohidratos como la pasta, las legumbres y el arroz. Una buena elección es
tomar carbohidratos integrales, más nutritivos, de digestión más lenta y más
interesantes para el control del peso.
Para no añadir calorías al endulzar tus bebidas
u otros alimentos, hay una opción saludable a los edulcorantes artificiales, la
Stevia, de origen natural.
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