viernes, 13 de mayo de 2016

EL ESTRÉS.COMBATIRLO A TRAVÉS DE LA ALIMENTACIÓN


EL ESTRÉS: COMBATIRLO A TRAVÉS DE LA ALIMENTACIÓN

 La clave para combatir el estrés se basa en descubrir su origen y encontrar el modo de reducir su causa o de vivir con ella. Una alimentación saludable y regular puede contribuir a que el organismo venza, por lo menos, algunos de sus efectos negativos.


Independientemente de que la fuente de estrés sea física o emocional, el organismo reacciona bombeando adrenalina, una hormona que a su vez desencadena toda una serie de respuestas hormonales y nerviosas por todo el organismo que nos preparan para la lucha o la huída. A pesar de que la mayoría del estrés que sufrimos hoy en día no requiere una respuesta física rápida, nuestro cuerpo sigue reaccionando de esta forma anticuada. Desde el primer segundo de ansiedad, el ritmo cardíaco se acelera, la visión se agudiza y se desvía sangre a los músculos, al tiempo que se espesa, anticipando la curación de heridas.
El estrés físico, para el que estas reacciones resultan especialmente útiles, es por lo general pasajero; tras él, los niveles hormonales vuelven a la normalidad y el sistema nervioso recobra un estado de menor alerta. En ocasiones, el estilo de vida actual lleva a un estrés mental de larga duración, que puede hacer que el organismo se encuentre en un estado de reacción al estrés durante períodos prolongados.
Vivir bajo presión
No se conocen todos los efectos del estrés en las necesidades nutricionales, pero se sabe que bajo estas circunstancias, el metabolismo del organismo puede estar sometido a gran presión. Este estado puede tener repercusiones en el sistema inmunitario; disminuyen nuestras defensas y somos más vulnerables a contraer infecciones o enfermedades.
Para producir adrenalina, se necesita vitamina C. Cuando los niveles de adrenalina se elevan durante largos periodos de estrés, se requiere una mayor cantidad de vitamina C. Casi todos los animales pueden incrementar su propia síntesis de dicha vitamina para hacer frente a una mayor demanda. Por ejemplo, las cabras son capaces de aumentar la producción de vitamina C en un 500 %. Desgraciadamente, el hombre sólo puede obtener este nutriente esencial a través de la dieta. Si esto no se logra, mediante la ingesta de alimentos ricos en vitamina C como las naranjas, el kiwi, las frutas del bosque, los pimientos, las patatas y el brécol, el organismo, y en especial el sistema inmunitario, puede sufrir una deficiencia de dicha sustancia.
Los estudios revelan asimismo que la carencia de vitamina C reduce la actividad de los macrófagos, células inmunitarias que se comen literalmente a las bacterias y los virus invasores. Una menor cantidad de macrófagos aumenta nuestra propensión a contraer resfriados y gripe, lo cual, a su vez, contribuye a agotar nuestras reservas de vitamina C.
Cuando nos exponemos a largos períodos de estrés, es conveniente reforzar el sistema inmunitario tomando grandes cantidades de alimentos ricos en beta-caroteno (precursor de la vitamina A) como zanahorias, verduras de color verde oscuro y frutas de color amarillo y naranja.
El consumo regular de las vitaminas C y A, junto al de ácido fólico y zinc, es vital para el funcionamiento adecuado del sistema inmunitario. El ácido fólico se encuentra en las las espinacas y otras verduras de hoja verde, mientras que los alimentos ricos en zinc son la carne de cangrejo, las ostras, el germen de trigo, el hígado, las semillas de calabaza y la carne roja.
El poder de las proteínas
Las necesidades proteicas del organismo también pueden aumentar en situaciones de estrés permanente. En tales circunstancias, es especialmente importante incluir en nuestra dieta pescado, pollo, pavo, carne roja magra, huevos, leche, legumbres, frutos secos, semillas, etc. Una dieta pobre en proteínas puede reducir de forma considerable las defensas inmunitarias y la capacidad de combatir las infecciones. El pescado azul, como el salmón, la trucha, el atún , el jurel, las sardinas, resulta especialmente apropiado, ya que también proporciona grasas esenciales capaces de fluidificar la sangre. De este modo, se contrarrestan las propiedades espesantes de la adrenalina.
Una alimentación que ayude a combatir el estrés consiste, simplemente, en una dieta sana y equilibrada en la que se seleccionan los alimentos adecuados. El ejercicio regular es también importante ya que estimula la producción de endorfinas (sustancias naturales que hacen que estemos de buen humor) y mejora la forma física.

AQUELLAS PERSONAS QUE ESTÁN BAJO UN ESTRÉS CONSTANTE DEBERÍAN PLANTEARSE CAMBIAR SU ESTILO DE VIDA 

domingo, 8 de mayo de 2016



LOS BENEFICIOS DE LA QUINOA


La quinoa es una semilla  que  posee unas características únicas que hacen que las personas puedan consumirla como si se tratase de un cereal, por eso se considera un pseudocereal.
La quinoa es uno de los vegetales más completos que se pueden ingerir. Cuenta con nueve aminoácidos esenciales y aporta proteínas, fibra, carbohidratos y grasas saludables para el organismo. Por ello, es un alimento excelente para incluir en cualquier dieta por sus notables beneficios para la salud de nuestro organismo.
Los micronutrientes que destacan en la quinoa son el magnesio, potasio, calcio, fósforo, hierro y zinc, esto en cuanto a los minerales y en vitaminas destacan las del complejo B y vitamina E con su poder antioxidante, como sabemos.
Como ya he dicho, no es un cereal,  pero ofrece uno de sus beneficios, una gran cantidad de fibra. Esto hace que pueda ser utilizada en dietas dirigidas a adelgazar, ya que ayuda a la regulación del tránsito intestinal , de los niveles de colesterol y azúcar en la sangre y también es muy útil en dietas para perder peso por su capacidad para saciar el apetito durante horas.
 La quinoa también contiene grasas saludables para el corazón, como pueden ser las grasas monoinsaturadas en forma de ácido oleico, que aportan ácidos omega 3 y omega 6 que ayudan a mantener la salud cardiovascular. Su consumo habitual, por tanto, favorece la prevención de enfermedades como la arteriosclerosis.
También destaca su alto contenido de proteínas (unos 14,2 gramos por cada 100 gramos de alimento no cocido). Esta característica convierte a esta semilla en una excelente fuente de energía,  por lo que es una muy buena alternativa para aquellas personas que quieren llevar a cabo una dieta vegetariana saludable y nutritiva.
 Es un alimento valioso en las dietas de las pacientes celiacos, ya que no contiene gluten.
 También es un alimento cicatrizante por contener sustancias alcalinas. Tiene  propiedades laxantes y puede contribuir a reducir el riesgo de contraer cáncer del tracto digestivo.

¿Cómo preparo la quinoa?
Es importante comentar que antes de cocinarla, se debe lavar debajo del chorro del agua, pero nunca dejarla en remojo, para que desaparezca una sustancia presente en su superficie, la saponina, tóxica para nuestro organismo. Una vez lavada se puede hervir como si se tratase de arroz, 15 o 20 minutos, en ese tiempo la quinoa ha doblado su volumen y libera su germen blanco.