sábado, 22 de agosto de 2015

10 CONSEJOS PARA AYUDAR A CUIDAR TU BIENESTAR DIGESTIVO




Seguir una alimentación saludable es el primer paso para mantener el bienestar digestivo.


Según la Pirámide del Bienestar Digestivo, las hortalizas frescas, las frutas( en lo posible con piel) y los cereales integrales son muy recomendables por su contenido en fibra alimentaria y se aconseja que los consumamos diariamente. También contienen fibra, las legumbres y los frutos secos y los debemos introducir en nuestra alimentación una o dos veces por semana.




 Toma a diario las leches fermentadas con Bífidus que han demostrado que ayudan a regular el tránsito intestinal y a reducir la sensación de hinchazón.







Modera el consumo de alimentos flatulentos como coles de Bruselas, habas, alubias, repollo, apio, cebolla, brócoli, alcachofa, alimentos con sorbitol como los chicles, etc.









Toma diariamente agua o líquidos como infusiones no estimulantes y caldos suaves. Limita en los posible las bebidas refrescantes con gas azucaradas.







Tan importante es la selección de alimentos como el modo de cocinarlos. Se recomienda que la cocción mantenga en lo posible, las propiedades nutricionales de los alimentos. Para facilitar las digestiones son preferibles las cocciones suaves, como: vapor, papillote, horno. Debemos evitar grasas, salsas y picantes. Recuerda que el mejor aceite para cocinar y aliñar es el aceite de oliva.



 Practica actividad física diariamente ya que, entre otros beneficios, también es fundamental para mantener un peso saludable, para mejorar las digestiones pesadas y para regular el tiempo de tránsito intestinal. Además practicar actividad física es una de las mejoras formas de relajación, una vía de escape para situaciones de estrés, que en muchas ocasiones puede ser causa de incomodidades digestivas.




   Mantén un horario regular para las comidas. Es recomendable comer    cinco veces al día, tres comidas principales y dos suplementos a            media mañana y media tarde, así evitaremos comidas copiosas y            pesadas, de difícil digestión.








Procura ir al W.C siempre a la misma hora, sin prisas y en un ambiente relajado con tranquilidad e intimidad.








Limita los azúcares refinados (dulces, pasteles, etc.), los alimentos grasos como mantequilla o embutidos y los alimentos o sustancias irritantantes como el café, los picantes, tabaco, etc.







Debemos evitar el uso inadecuado de laxantes.






SE RECOMIENDA UNA DIETA VARIADA Y EQUILIBRADA Y UN ESTILO DE VIDA 
SALUDABLE.

  



















sábado, 18 de julio de 2015

ALIMENTOS QUE POTENCIAN EL BRONCEADO



   ALIMENTOS QUE POTENCIAN EL BRONCEADO



 Algunos nutrientes, además de protegerte, también te ayudarán a potenciar el bronceado  más allá del verano. Debemos hacer más énfasis en algunos alimentos durante los días previos a la exposición solar.

  Alimentos antioxidantes

Evitan el envejecimiento celular. Son alimentos ricos en omega 3. El omega 3 podemos encontrarlo principalmente en pescados azules, frutos secos y semillas (lino, chía…)
Las vitaminas como las del complejo B, la vitamina C, E y A también son antioxidantes. Ayudan a la regeneración celular, mantienen los niveles de hidratación, aceleran el bronceado y nos ayudan frente a quemaduras y a la recuperación de la piel con más facilidad. Los alimentos que contienen estas vitaminas son principalmente frutas y verduras de color anaranjado, rojo o verde como pueden ser la zanahoria, repollo, espinacas, pimiento rojo, tomate, albaricoque, melocotón, lechuga, fresas, frutos rojos, cítricos, sandía, etc.
Alimentos ricos en minerales
El azufre evita la descamación de la piel dejándola más elástica y protegida. Éste lo podemos encontrar en las legumbres, ajo, cebolla, espárragos y huevos. 
El zinc es un mineral que tiene un papel importante frente a las radiaciones solares ya que alivia las quemaduras y favorece la cicatrización. Podemos encontrarlo en ostras y lácteos.
El selenio nos ayuda a mantener la piel en excelentes condiciones, ya que favorece el mantenimiento de sus células. Lo podemos encontrar en la cerveza, mariscos, carnes rojas y blancas, champiñones y germen de trigo.
Hay que destacar el consumo de té verde y de chocolate negro por su alta concentración en antioxidantes. 

  El azúcar, NO recomendado. Posee efecto inflamatorio y facilita la formación de radicales libres, provocando la aceleración del envejecimiento celular.                 

Es importante recordar la relación entre el sol y la asimilación de la vitamina D, colaboración que garantiza la salud de los huesos.


sábado, 4 de julio de 2015

Consejos para una buena salud y cambiar nuestros hábitos alimentarios



 CONSEJOS  PARA UNA BUENA SALUD  Y CAMBIAR NUESTROS HÁBITOS ALIMENTARIOS       


·         REALIZAR 5 COMIDAS DIARIAS; desayuno, media mañana, comida, merienda y cena.
·         EVITAR LOS FRITOS Y REBOZADOS; cocinar al vapor, a la plancha, al microondas, al wook, al horno  o en papillote.
·         BEBER 2 LITROS DE AGUA AL DÍA Y AUMENTAR LA ACTIVIDAD FÍSICA
·         Consumir habitualmente legumbres y cereales integrales, 2 ó 3 raciones a la semana.
·         CEREALES, LEGUMBRES; aumentan la sensación de saciedad, se recomienda un consumo de 2-3 raciones a la semana.
·         FARINÁCEOS; cereales integrales, arroz, pasta, pan, patatas; se recomienda 4-6 raciones/día
·          HUEVOS; consumir 3 ó 4  yemas por semana: las claras aportan proteínas y nada de grasa.
·         LÁCTEOS: la leche y los yogures serán desnatados y los quesos magros. Se aconsejan 3 raciones al día para asegurar un aporte adecuado de calcio.
·         CARNES Y PESCADOS: se seleccionarán los cortes magros y se retirará la grasa visible antes de la cocción; en el caso de las aves , quitar toda la piel. Evitaremos los alimentos ricos en grasa saturada, como los embutidos y el tocino. El pescado  se debe consumir 3 - 4 veces a la semana.
·         FRUTAS Y VERDURAS: se recomienda un alto consumo de verduras y hortalizas. Lo ideal es consumir al menos 5 raciones diarias entre frutas y verduras.
·         GRASAS Y ACEITES; se recomienda el uso del aceite de oliva virgen extra.
EVITAR LOS FRITOS Y REBOZADOS y cocinar al vapor, a la plancha, al microondas, al wook, al horno  o en papillote.
·         AZÚCAR Y DERIVADOS; restringir los alimentos con alta concentración de azúcares; azúcar, mermelada y refrescos. En su lugar, utiliza edulcorante y refrescos dietéticos que no aporten calorías.
·         MASTICAR BIEN. Si comemos rápido, comeremos más.
·         Dejar los cubiertos en el plato entre un bocado de comida y el siguiente.
·         NO ver la televisión mientras comemos, ni tampoco leer el periódico
·         NO tener cerca ni a la vista todos aquellos alimentos que nos tientan y nos engordan más.
·         Utilizar platos pequeños.
·         NO ir al supermercado o al mercado con hambre; es mejor comer algo antes de ir a comprar.
·         REALIZAR EJERCICIO FÍSICO para activar el metabolismo, aumentando de ésta manera el gasto de calorías.


LOS GRANDES OBJETIVOS SE CONSIGUEN CON PEQUEÑOS CAMBIOS EN NUESTROS HÁBITOS

miércoles, 24 de junio de 2015

DIETA PARA AUMENTAR MÚSCULO



Dieta para aumentar músculo
El entrenamiento regular y una dieta equilibrada, sin excesos de proteína y con aporte de carbohidratos, son claves para aumentar la masa muscular.
La cantidad de proteína que se requiere a diario para mantener o aumentar músculo es un tema controvertido entre muchos deportistas y aficionados, pese a que las recomendaciones son claras: no abusar de la proteína. Estos requerimientos dependen en gran medida del tipo de disciplina que se practique -resistencia, velocidad, fuerza o una combinación de ellas-, así como del periodo de práctica deportiva, entrenamiento o competición. Un error todavía frecuente entre deportistas y aficionados es el consumo excesivo de proteínas con la intención de aumentar la masa muscular.

Las dietas ricas en proteínas por sí solas no aumentan la masa muscular tanto como se puede pensar. La forma óptima de conseguir un aumento de músculo está en combinar un entrenamiento regular y planificar con tiempo (a un año vista) una dieta equilibrada con suficiente cantidad de hidratos de carbono y aumentada en proteína respecto a los requerimientos del individuo sedentario, pero dentro de unos límites, sin exageraciones.
En momentos puntuales (entrenamiento previo a la competición, periodo de competición), puede ser preciso un aporte proteico extra en forma de preparados específicos de proteína de alta calidad ( suero de leche, albúmina) o de aminoácidos de fácil y rápida asimilación. En el resto de casos, es decir, en la mayoría de los momentos de la práctica deportiva, el aporte óptimo de proteínas se suple con un adecuado plan de alimentación.
Abuso de proteínas: error frecuente y reiterado
Las necesidades proteicas de los deportistas son superiores a las de las personas sedentarias, debido a un mayor desgaste físico y de desarrollo muscular. Esto ocurre sobre todo en disciplinas deportivas de fuerza (salto, levantamiento de piedra, halterofilia, lanzamiento de peso) y en otras que combinan fuerza y resistencia (natación, atletismo, ciclismo, montañismo alpinismo o escalada).
El consumo constante, desmedido y sin criterio de proteínas puede acarrear, a largo plazo, descalcificación ósea.
Las proteínas consumidas en exceso, que el organismo no necesita para el crecimiento o para el recambio proteico y regeneración de tejidos, se queman en las células para producir energía. A pesar de que tienen un rendimiento energético igual al de los hidratos de carbono (4 Kcal/gramo de proteína), su combustión es más compleja y deja residuos metabólicos, como el amoniaco, tóxico para el organismo.
El cuerpo humano dispone de eficientes sistemas de eliminación y depuración, pero todo exceso de proteínas supone cierto grado de intoxicación de los tejidos. De ahí la insistencia de no sobrepasar de manera continuada y exagerada los requerimientos proteicos diarios. Sin embargo, muchos deportistas gastan gran cantidad de dinero al año en polvos proteínicos, barritas hiperproteicas, batidos de proteínas y numerosos tipos de suplementos de aminoácidos. Creen que necesitan ese aporte extra para aumentar el músculo que no consiguen con la dieta.
En algunos deportes de fuerza como halterofilia, lanzamiento de pesos (martillo o discos) o culturismo, se consumen hasta cinco o seis gramos de proteína, o incluso más, cantidades que duplican o triplican los requerimientos aumentados propios de un deporte de fuerza. Tras una sesión de ejercicio de estas características, se aconseja un aporte extra de proteína, bien sea con un preparado comercial o casero elaborado con alimentos proteicos (clara de huevo, bebida de soja o leche, frutos secos o cereales).
Los fabricantes argumentan que solo las proteínas de "alta calidad" pueden proveer un crecimiento óptimo de la musculatura o que solo los aminoácidos se absorben de manera rápida en la sangre para estimular al máximo la creación de proteína en los músculos. Sin embargo, la mayor parte de los combustibles utilizados para proveer energía en el deporte son carbohidratos y lípidos.
Necesidades proteicas según deporte
Los requerimientos proteicos dependen de factores como la edad (en la etapa de crecimiento los requerimientos proteicos duplican a los de una persona adulta), el estado de salud del intestino y riñones, que pueden hacer variar el grado de asimilación o las pérdidas de nitrógeno por las heces y la orina, y el tipo de disciplina deportiva que se practique. También depende del valor biológico de las proteínas que se consuman, si bien en general todas las recomendaciones siempre se refieren a proteínas de alto valor biológico.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda 0,8 gramos por kilogramo de peso y día, la ingesta diaria admisible de proteínas para una persona adulta sana. En el ámbito deportivo, los requerimientos de proteína que se establecen para deportes aeróbicos de resistencia y de equipo oscilan entre 1,2 y 1,5 gramos por kilo y día; y en deportes de fuerza y velocidad, o fuerza y resistencia, entre 1,5 y 1,7 gramos por kilo y día.
Para los deportistas que participan en programas físicos con gastos energéticos extremos, como una vuelta ciclista de varios días de duración, durante la preparación de una maratón, un triatlón o prácticas más exigentes como el "ironman", los requerimientos diarios proteicos se pueden situar en torno a los 2-2,5 gramos por kilo de peso y día.
Ingesta óptima para más desarrollo muscular
El consenso de expertos en nutrición deportiva establece el límite de eficacia para la biosíntesis de proteína muscular en un consumo habitual de 2 gramos por kilo de peso y día. Incluso se propone como ingesta óptima para lograr el máximo desarrollo de masa muscular entre 1,7 y 1,8 gramos por kilo de peso y día.
Salvo excepciones, en la mayoría de los casos los requerimientos medios de proteína para lograr un rendimiento óptimo y un crecimiento muscular adecuado se pueden suplir a partir de la alimentación. El deportista, por lo general, consume una dieta más calórica (más de 2.500 Kcal), por lo que si esta es variada y equilibrada, ya ingiere una cantidad superior y adecuada de proteínas. En estas condiciones, no tiene necesidad de recurrir como norma a los suplementos de proteínas o de aminoácidos.
A modo de ejemplo, para un deportista varón de 85 kilos de peso (peso saludable a su edad y estatura), la ingesta óptima de proteína es de 1,8 gramos/kilo de peso al día; lo que equivale a 153 gramos de proteínas diarios. El siguiente menú proporciona esa cantidad de proteína y solo en caso de que no se consiga comer con asiduidad tal suma y variedad de alimentos, será preciso valorar la suplementación proteica.
Menú para deportistas con necesidades aumentadas de proteínas:
Desayuno: vaso de leche de vaca (o bebida de soja, avena o arroz) (200 ml), pan de multicereales (50 g) con atún (50 g) y aceite de oliva, almendras (25 g), fruta fresca. 
Almuerzo: sándwich de pavo (25 g). 
Comida: menestra de verdura con huevo duro; pechuga de pollo (150 g) con guarnición de pasta (60 g en crudo) y tacos de tofu (25 g); pan de multicereales (50 g) e infusión. 
Merienda: barrita de muesli y fruta fresca. 
Cena: arroz integral (85 g) crudo con calamares (50 g); pescado blanco (150 g) con guisantes (50 g); pan de multicereales (50 g) y yogur con pistachos (25 g). 
Total de proteínas: 153,15 g.

LOS CARBOHIDRATOS: INDISPENSABLES
Numerosos estudios realizados en el ámbito de la nutrición deportiva señalan que, en el desarrollo de la musculatura, los hidratos de carbono son tan importantes como las proteínas, ya que aumentan la insulina en sangre. Esta hormona es anabolizante, es decir, participa en el desarrollo muscular y de otros tejidos del organismo. Por tanto, para conseguir un aumento de la musculatura, es interesante combinar alimentos hidrocarbonados y proteicos. Si se toman alimentos ricos en estos nutrientes, combinados antes o durante el ejercicio, ayudan a la formación del músculo. Si se ingieren después del entrenamiento, favorecen la recuperación del glucógeno y se evita la pérdida de proteínas del músculo.


jueves, 18 de junio de 2015

LA IMPORTANCIA DE BEBER AGUA


La hidratación es importante tanto para la salud física como para la salud mental. El agua es fundamental para la vida, se realice o no ejercicio físico. Nuestro cuerpo está formado fundamentalmente por agua, es decir, alrededor de las dos terceras partes del peso corporal son agua (60% aprox.). El contenido de agua del cuerpo humano va disminuyendo con la edad. Podemos pasar varias semanas sin comer, hasta 50 días, pero sólo unos pocos días sin beber, incluso cuando el clima es frío.
En general, el cuerpo humano no almacena agua, por lo que debemos compensar la cantidad de agua que perdemos al día mediante la ingesta de líquidos para mantener un correcto funcionamiento del organismo. Es el denominado balance hídrico, es decir, el equilibrio entre la entrada y la salida del líquido del cuerpo humano. 
Esta cantidad debe ser la misma, de manera que el contenido de agua en los tejidos se mantenga constante.Los riñones regulan el nivel de hidratación corporal, en caso de un exceso de líquidos, pueden eliminar varios litros al día; y si hay un déficit de líquidos, se acumula el agua eliminando la mínima posible, que será aproximadamente medio litro diario, con una orina muy concentrada. 

Para vivir y respirar se necesitan unos 2,5 litros de agua diarios. En caso de ejercicio intenso y de temperatura más elevada, aumenta la transpiración y la pérdida de agua y, por tanto, aumentan las necesidades de agua. En caso de diarrea o fiebre también se incrementa de forma considerable la pérdida de agua.Se aconseja que las personas sanas ingieran como mínimo de 2 a 3 litros de líquidos al día, para que pueda mantener se una eliminación de orina de alrededor de 1,5-2 litros por día. 
Hay que tener en cuenta que los alimentos aportan agua, frutas y vegetales, los cuales pueden contener hasta un 90%de su peso en agua 

La sed es un síntoma de alerta que nos informa que hay una falta de líquido. Cuando células de nuestro cuerpo pierden agua, empiezan a contraerse y transmiten un mensaje al cerebro que activa la sensación de sed. 
Cuando eliminamos agua, aumenta la concentración de sales minerales en el sistema sanguíneo, perdiéndose así el equilibrio mineral, por tanto, una buena hidratación corporal contribuye al buen funcionamiento de todas las células del organismo: 
  • · Mejora las reacciones del cuerpo 
  • · Diluye los líquidos corporales 
  • · Favorece el transporte de nutrientes en la circulación general. 
¿ PODEMOS CALMAR EL APETITO BEBIENDO AGUA? 

La sed es un signo de alerta que nos informa que hay una falta de líquido en nuestro cuerpo. Esta sensación de sed está regulada por el hipotálamo, que es la zona del cerebro que también controla la sensación de hambre y la temperatura corporal. 
A veces, puede ocurrir que lleguemos a confundir la sensación de sed con la sensación de hambre, y llegue un momento en que no sepamos exactamente qué tenemos, o una u otra. Por tanto, en el momento en que sintamos apetito, bebamos un par de vasos de agua, es cuestión de engañar a nuestro hipotálamo. 

Es importante que bebamos agua antes de sentir sed.
Deberíamos adoptar la costumbre de beber agua a lo largo de todo el día, estableciéndonos un hábito.

martes, 2 de junio de 2015

CONSEJOS PARA CONTROLAR LA ANSIEDAD POR LA COMIDA




Si eres de los que cada hora se dirige al refrigerador en el intento de cazar algo para comer, lee los siguientes consejos para mantener el hambre a raya. Además te ayudarán a poner orden en tu dieta y favorecerán el cuidado de tu cuerpo.
- Que no falten proteínas en tus comidas, ya sean de origen vegetal o animal, pues éstas tardan más en digerirse y por ello, nos mantienen saciados por más tiempo. Además, al contener triptófano muchas de ellas nos ayudan a calmar la ansiedad y a lograr una sensación placentera tras las ingestas.
- Escoge preparaciones de bajo índice glucémico, ya que éstas nos proveen de energía lentamente y a largo plazo, por lo que, evitan que se eleven señales de hambre rápidamente después de comer. Así, si eliges pastas, mejor al dente, integrales y con vegetales o carnes que acompañen.
- Bebe suficiente líquido, la manera de calmar la ansiedad y no confundir la sensación de sed con la de hambre que nos estimula a comer. Si te mantienes hidratado, comerás más ajustado a tus necesidades.
- Elige preparaciones con fibra, pues necesitan de mayor masticación para ingerirse y ello contribuye a lograr más saciedad. A mayor consistencia de una preparación, más saciedad produce y menos hambre tendremos tras su consumo.
- Come siempre sentado y a la mesa, pues de esta forma propicias la toma de conciencia de que estas recibiendo alimento, registras lo que comes y tienes más probabilidades de no buscar alimento después.
- Que no falten horas de sueño cada noche, ya que el descanso incorrecto puede conllevar una alteración en las hormonas de hambre y saciedad, estimulando la ingesta de alimentos y necesitando más para calmar la necesidad de comer.
- No pases más de 3 horas sin comer, pues lo único que lograrás es acumular hambre y favorecer el descontrol posterior. A mayor nivel de hambre más tardas en lograr saciedad y control en tu ingesta.
- Realiza ejercicio con regularidad, ya que el ejercicio favorece el auto-control al momento de comer, mejora los niveles de leptina que ayuda a lograr saciedad fácilmente y además, reduce nuestro apetito o deseos de comer por placer.
- Registra todo lo que consumes, lo cual ayudará a que moderes tus deseos de comer entre horas y de estar constantemente comiendo, pues te darás cuenta con facilidad de lo que ha ingresado a tu cuerpo.
- Evita combinaciones peligrosas que pueden resultar adictivas e invitarte a seguir buscando más de ellas, como por ejemplo, evita mezclas de grasas y sal, así como de grasas y azúcares simples.


sábado, 25 de abril de 2015

Recomendaciones para evitar digestiones pesadas

Las principales causas que provocan alteraciones gastrointestinales son, sobre todo, el consumo de alimentos inapropiados, incompatibles con el organismo, cantidades excesivas, comer rápido y consumo de bebidas o alimentos irritantes, como el café, el alcohol o el chocolate.


Una buena digestión de los alimentos proporciona la absorción de todos los nutrientes necesarios para el organismo y una buena calidad de la sangre. Por el contrario, una mala digestión o el consumo de alimentos inapropiados favorecen la formación de toxinas en la sangre, que influye en el desarrollo de los tejidos y dificulta la absorción de los nutrientes necesarios. El resultado es la creación de tejidos débiles que propician enfermedades o malestar gastrointestinal.





Una mala digestión

El proceso de digestión está diseñado para que se realice de manera rápida y, de este modo, obtener el máximo valor nutritivo de los alimentos que se ingieren. Cuando la digestión es lenta, los alimentos que no se digieren pueden fermentarse y provocar síntomas de malestar gastrointestinal, como ardores, dolor abdominal, náuseas, eructos o reflujo, entre otros. Pero las comidas copiosas o los excesos no son la única causa de una mala digestión. Para evitar esta fermentación de los alimentos, deben tenerse en cuenta varios aspectos:
  •         Comer en exceso: cuanta más cantidad de alimentos se consume, el sistema digestivo tiene menos posibilidades de completar la digestión. Siempre es mejor comer poca cantidad y de forma más frecuente.
  •         Masticar mal: cuando se mastica de forma inadecuada significa que se ha comido muy deprisa, un aspecto que implica pasar por alto el primer paso de la digestión, que se inicia en la boca con la masticación. Si no se realiza bien, los alimentos pasan menos triturados al estómago, la digestión se ralentiza y, en ocasiones, puede que no se termine de realizar.
  •         Evitar beber durante las comidas: por una parte, la digestión se realiza en el organismo a una temperatura de unos 37ºC. Con el consumo de bebidas frías, se desarrolla un contraste de temperaturas que obliga al organismo a contrarrestar. Esto causa una alteración en la circulación de la sangre, que retrasa la digestión y puede inflamar la mucosa. Por otra parte, beber grandes cantidades de líquido durante las comidas puede diluir las enzimas y los ácidos responsables de la digestión, lo que perjudica su función digestiva y se interrumpe el proceso de digestión.
  •         Comer muy tarde: durante la noche los procesos digestivos se ralentizan. Comer muy tarde es una causa común de problemas de digestión.
  •         Estados ansiosos o de estrés: tener un estado de ánimo alterado en el momento de comer, como disgusto, ira o estrés, afecta de forma directa a la digestión y hace que las enzimas digestivas no actúen a tiempo y retrasen la digestión, de manera que no se pueda completar.

Consejos para un estómago sano

Una digestión rápida garantiza un estómago sano, una mejor vitalidad y una absorción adecuada de todos los alimentos, en definitiva, supone un equilibrio perfecto en todo el organismo.
  •          Consumir alimentos de fácil digestión, poco condimentados y masticar bien, sin tener prisa en terminar de comer.
  •          Dejar pasar unas cinco horas entre las comidas.
  •          Beber líquidos entre horas en abundancia. El agua ayuda a eliminar las toxinas presentes en la sangre.
  •          Comer tranquilos, despacio. No comentar los problemas durante la hora de las comidas, ya que el sistema nervioso rige el sistema digestivo.
  •          Evitar el consumo excesivo de azúcar e hidratos de carbono.
  •          Tomar una infusión digestiva después de las comidas (manzanilla, menta poleo).
  •          Dejarse guiar por los sentidos, es decir, si se nota que algo no sienta bien, dejar de comerlo. Si no se tiene apetito, no forzar, y si se tiene mucho apetito, comer despacio para saciarse antes.
  •          Es mejor evitar la mezcla de alimentos ácidos con carbohidratos, ya que los ácidos dificultan la acción de las enzimas digestivas.
  •          Es recomendable incluir proteína en cada comida porque de esta manera se estimula la secreción de ácido clorhídrico, responsable de la digestión.
  •          Comer con moderación y ser prudente.



domingo, 19 de abril de 2015

Azúcar blanco, una droga???
10 buenas razones para dejarlo

 Abstenerse totalmente de azúcar produce “mono” un síndrome de abstinencia que puede durar de tres días a tres semanas con cansancio, depresión, cambios de humor, dolores de cabeza, apatía..

Cada vez tiene más detractores y son muchos los que lo califican de droga dura.
¿El motivo? El azúcar blanco no es un alimento, sólo aporta calorías vacías. Y no sólo eso, sino que puede causarnos graves problemas de salud y sobre todo, una adicción difícil de detectar, reconocer y evitar.

¿Eres de las que echan un par de sobres de azúcar en el café?
¿Necesitas comer dulce cada día?
¿Piensas que tú no tomas azúcar porque no endulzas tus bebidas?
En este artículo, conocerás qué efectos produce el azúcar de mesa en tu organismo, por qué deberías reducir su consumo al mínimo, dónde se oculta y cómo puedes sustituirlo.

Una sustancia química
El azúcar blanquilla, refinado o sacarosa no es un alimento , porque el proceso industrial por el que se obtiene le sustrae las sales minerales y los oligoelementos naturales de la planta de origen. Por ello, es más correcto considerarlo como una sustancia química concentrada que endulza el paladar y, a la larga, puede amargarnos la salud.
A diferencia del blanco, el azúcar moreno se queda a medio camino en la refinación y mantiene parte de sus propiedades nutritivas. Pero hay que tener cuidado al comprarlo, ya que algunas empresas de comestibles añaden colorante marrón o caramelo al azúcar refinado para hacerlo pasar por integral.
Diversos estudios apuntan, que el azúcar blanco es un comestible que produce importantes efectos fisiológicos negativos sobre el aparato locomotor (sustrae el calcio de los huesos) y el sistema nervioso (lo estimula en exceso). También afecta al funcionamiento de las defensas y sobreexcita el páncreas, además de tener otros efectos de tipo anímico.
Tomado con moderación y de forma aislada no es un problema, pero el azúcar blanco se esconde en muchos productos que ni siquiera imaginas y que pueden hacer que cada día lo consumas sin saberlo.

Razones muy saludables para evitarlo.
1. Un problema de salud mundial. Dado el uso que de él hace la industria alimenticia para potenciar el sabor de los alimentos procesados, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad advierte sobre su preocupante relación con la obesidad y el sobrepeso. Son muchas las instituciones gubernamentales mundiales que están tomando medidas al respecto: en EE.UU, en ciudades como Nueva York, se ha prohibido la venta de refrescos de gran tamaño por su alto contenido en azúcares; en Francia se ha implantado un impuesto especial para las bebidas azucaradas. De hecho, ya hay estudio que sitúan los efectos del consumo excesivo de azúcar a la altura de drogas como el tabaco o el alcohol. 

2. Calorías ocultas.  El azúcar está oculto en muchos alimentos y puede ser el causante, sin que lo sepas, de tu sobrepeso y otros problemas de salud.
¿Dónde se esconde?




En la bollería industrial, las conservas, zumos envasados, refrescos, pan de molde o de hamburguesas, biscotes, embutidos, salsas envasadas, platos precocinados, productos lácteos, salmón ahumado, productos light… la lista es tan larga que tu única defensa es leer bien las etiquetas antes de echar a tu cesta un producto. 

3Perjudica a tu  belleza. Según los expertos, el consumo excesivo de glucosa deteriora el colágeno y acelera el envejecimiento de los tejidos. Por un proceso llamado glicación, el exceso de glucosa presente en el organismo transforma el colágeno, que se vuelve más rígido, provocando la flaccidez y descolgamiento de la piel. 

4. Te resta nutrientes.  Para su asimilación, el azúcar blanco debe sustraer al organismo vitaminas del grupo B, calcio y diversas sustancias vitales que ayudan a completar el proceso. También se ha comprobado que las personas que consumen mucho azúcar comen de forma más deficiente y no ingieren todos los nutrientes necesarios a través de otros alimentos. 

5. Metabolismo lentoEl proceso de desmineralización y pérdida de vitaminas disminuye la capacidad de absorción de nutrientes y enlentece el metabolismo, lo que provoca fatiga, falta de energía, caída del cabello, problemas digestivos y hasta depresión.

6. Debilita tus órganos. Un exceso de dulce debilita el páncreas y el bazo, lo que provoca un estado de baja energía renal y desmineralización que puede ocasionar nerviosismo, problemas de sueño o dolores de cabeza. 

7.  Problemas dentales. El alto consumo de azúcar está directamente relacionado con la caries dental, que puede perjudica la calidad de vida desde la infancia. 

8. Picos de insulina. Cuando ingerimos azúcar refinado éste entra de un modo muy rápido en el torrente sanguíneo, provocando que el páncreas segregue una gran cantidad de insulina para poder transportarlo a los órganos. Al no poder almacenarlo, esta glucosa se convierte en reservas de grasa. Este proceso no sólo nos hace aumentar de peso sino que nos produce una situación de hipoglucemia ante la que el cuerpo reacciona pidiendo más azúcar. De ahí el efecto adictivo del azúcar. 

9. Estrés pancreático. El proceso descrito en el punto anterior, somete al páncreas a un estado de estrés que hace que se debilite y sea menos eficiente, impidiendo a corto plazo una buena asimilación de los alimentos y, a largo plazo, una situación de diabetes. 

10. Mala salud.  El exceso de azúcar refinado supone una acumulación de grasas poco saludables en el organismo, lo que afecta a nuestra salud cardiovascular, al sistema nervioso, a nuestros huesos y estado anímico, ya que el consumo excesivo de azúcar nos deja sin energía.

¿Cómo podemos sustituirlo?
Lo más conveniente es reducir el consumo de azúcar al mínimo y sustituirlo por miel, sirope de agave, frutos secos dulces y melazas que satisfacen las necesidades de dulce. Otra opción, es la panela o azúcar de caña puro, muy utilizado en Sudamérica.
Pero si queremos eliminar también estos alimentos dulces, debemos seguir una dieta rica en frutas, verduras y carbohidratos como la pasta, las legumbres y el arroz. Una buena elección es tomar carbohidratos integrales, más nutritivos, de digestión más lenta y más interesantes para el control del peso.
Para no añadir calorías al endulzar tus bebidas u otros alimentos, hay una opción saludable a los edulcorantes artificiales, la Stevia, de origen natural.